Bienvenidos a este rincón donde podéis dejar volar la imaginación, olvidaros de los problemas de la vida diaria y disfrutar de los cuentos, meteros en la piel de otros personajes e incluso compartir esta experiencia con los más pequeños. Dejaremos a un lado los medios audiovisuales, los dibujos animados y los videojuegos interactivos para adentrarnos en diferentes mundos y aventuras. Espero que disfrutéis de los cuentos de la misma manera que lo hago yo y que compartáis conmigo aquellos que os gusten.

“La motivación nos impulsa a comenzar y el hábito nos permite continuar” (Jim Ryun).

miércoles, 10 de marzo de 2010


Hace ya mucho tiempo, todos los elefantes del mundo eran negros o blancos. Amaban a todos los demás animales, pero se odiaban entre sí, por lo que ambos grupos se mantenían apartados:los negros vivían a un lado de la jungla y los blancos en el lado opuesto.
Un día los elefantes negros decidieron matar a todos los elefantes blancos y los elefantes blancos decidieron matar a todos los elefantes negros. Comenzó la batalla. Y duró... mucho, mucho tiempo...hasta que no quedó ni un solo elefante vivo.
Los elefantes de ambos grupos que querían la paz se internaron en lo más profundo, y nunca más se les volvió a ver. Durante años no se volvió a ver a ningún elefante sobre la Tierra. Hasta que, un día, los nietos de los elefantes pacíficos salieron de la jungla. Eran grises. Desde entonces los elefantes han vivido en paz.
(David McKee)

jueves, 25 de febrero de 2010

GATO GUILLE Y LOS MONSTRUOS.


Gato Guille estaba jugando en su habitación. De pronto, escuchó un ruido extraño: fiiiuuu fiiiuuu
Se asustó mucho y salió corriendo. Fiiiuuufiiiuuu
- ¡Mamá, hay un monstruo en mi habitación!- gritó.
- ¿Y cómo es?- preguntó ella.
- Hace fiiiuuufiiiuuu y quiere pillarme.
- ¿Qué podemos hacer?
- Si me quedo aquí contigo, no me pillará- dijo Guille.
Y allí se quedó, jugando en la cocina. Poco después, gato Guille escuchó: beeem beeem beeem
Volvió a tener miedo y salió corriendo. Beeem beeem beeem
- Mamá, hay un monstruo en la cocina.
- ¿Ahora en la cocina?- se sorprendió ella.
- Este es otro, mamá, y hace beeem beem porque quiere pillarme- dijo él.
- Pues quédate aquí para que no te pille.
Y gato Guille de quedó jugando en la sala. Al rato, gato Guille escuchó: Buuum clan clan Buuum clan clan
Y sintió tanto miedo que volvió a salir corriendo.
- Mamá, hay otro monstruo en la sala.
- ¿Y este qué hace?- preguntó la madre.
- Buuum clan clan clan. Me quedaré aquí y así no me pillará.
Y Guille se puso a jugar en el baño. Y entonces escuchó: clon clon clon. Se asustó y salió gritando:
- ¡Mamá, el monstruo del baño hace clon clon clon!
Pero mamá gata no estaba allí.
- ¿Dónde estás, mamá?- insistió.
Y gato Guille empezó a tener miedo de verdad. Entonces escuchó una voz que decía muy bajito:
- Estoy en el armario de tu habitación.
Y Guille se fue hacia allí corriendo.
- Tenía mucho miedo porque no estabas, mamá- gritó contento cuando llegó junto a ella.
- Yo también tengo miedo. La casa está llena de monstruos – dijo mamá gata.
- No hay ningún monstruo, mamá- dijo gato Guille, muy satisfecho.
- En la habitación hay un monstruo que hace: fiiiuuu fiiiuuu- dijo mamá gata.
- ¡No! Es el aire que entra por la ventana- dijo Guille.
- Pero en la cocina hay un monstruo que hace: beeem beeem beeem- dijo mamá gata.
- ¡No! Es la lavadora que está lavando la ropa- dijo Guille.
- ¿Y en la sala no hay un monstruo que hace buuum clan clan clan?- dijo mamá gata.
- ¡No! Eso es el ruido del ascensor subiendo y bajando- dijo Guille.
- ¿Y el monstruo del baño, que hace clon clon clonn?- preguntó ella.
- Es la cisterna que no para de gotear- le explicó.
En ese momento, gato Guille y mamá gata escucharon un ruido en la entrada de la casa y se asustaron…¡muchísimo! ¡Era papá gato que venía de hacer la compra!

jueves, 18 de febrero de 2010

La bruja rechinadientes

Había una vez tres hermanos que se pasaban el día brincando de un lado para otro. Su madre les decía siempre:
- ¡No se os ocurra ir al bosque! Allá en medio vive una bruja con dientes de hierro, que se come a los niños; y con los huesos, hace un muro que rodea su casa.
Un día, el mayor dijo:
- ¡Vamos al bosque! ¡Yo no les tengo miedo a las brujas!
- ¡Yo tampoco! –dijo el mediano.
Pero el pequeño, asustado, avisó:
- Mamá dijo que no fuésemos…
- No seas cagueta- se burló el mayor.
Y allá se marcharon los tres. Andando, andando, fueron adentrándose en aquel bosque enorme, oscuro, extraño. El viento silbaba entre las ramas y las sombras se hacían cada vez más largas. Los tres empezaron a sentir miedo, pero ninguno sabía cómo volver a casa. Entonces el pequeño dijo:
- Me subiré a un árbol, a ver si puedo descubrir el camino.
Desde lo alto del árbol, vio la luz de una casa, a lo lejos. Bajó deprisa y le dijo a sus hermanos:
- Esa debe de ser la casa de la bruja.
- ¡Qué va!- dijo el mayor- Aún falta mucho para llegar al medio del bosque. ¡Vamos!
Cuando se acercaron a la casa, una mujer se asomó a la puerta:
- Venid, venid, ¡pobrecitos! No tengáis miedo…
El olor a comida les abrió el apetito.
- Yo voy a entrar- dijo el mayor.
- Yo también- dijo el mediano.
Los dos mayores avanzaron, confiados; pero al pequeño aquella casa le daba mala espina.
- ¡Qué bien huele! – exclamó el mediano.
- Pasaréis aquí la noche – dijo la vieja-. Mañana os llevaré a casa.
El pequeño, mientras tanto, se acercó a una jaula que estaba encima de un arcón:
- ¿Para qué es esto?
La vieja, disimulando, contestó:
- Para encerrar perros extraviados, gatos abandonados…
Y, tal vez, niños perdidos, pensó el pequeño. Cuando acabaron de cenar, se acostaron los tres en un cuarto. El mayor enseguida se quedó dormido. El mediano tardó un poco. El pequeño daba vueltas y vueltas, pero no podía pegar ojo. Entonces vio la luna que iluminaba el bosque, la huerta…. ¡y el muro de huesos! Huesos de piernas, huesos de brazos, huesos de niños pequeños. De pronto oyó que alguien se acercaba. ¡Era la bruja! El pequeño se metió enseguida en la cama y se tapó. La bruja entró despacito y preguntó en voz baja:
- ¿Hay alguien despierto?
No se atrevió a decir que ni mu, pero la bruja se acercaba cada vez más; y, cuando ya estiraba la mano para retirar las sábanas, el pequeño asomó la nariz:
- ¡Yo estoy despierto!
- ¿Y cómo no te has dormido?
- Es que… antes de acostarme, mamá siempre me da un huevo frito.
La vieja, arrastrando los pies, salió refunfuñando:
- ¡Un huevo frito! Te traeré, además, un trozo de pan para que mojes…
El pequeño comió el huevo y se acostó; pero…¡imposible dormir! Al rato, la bruja volvió a preguntar:
- ¿Hay alguien despierto?
- Yo… Es que, por las noches, mamá también me da higos pasos.
Y la vieja, gruñendo, se fue a buscar los higos. El pequeño temblaba de miedo. Y otra vez apareció la bruja:
- ¿Hay alguien despierto?
- Yo…
- ¿Pero qué rayos te pasa ahora?
- Es que mi madre siempre me trae… agua del pozo en un colador. Y, después de beber, me duermo enseguida.
La vieja, resoplando, se dio media vuelta…Cuando se inclinó a coger el colador, se le cayó una pastilla de jabón:
- ¡Mis objetos mágicos!- exclamó – Será mejor que los guarde.
Dejó el jabón, un peine y un cuchillo; y se fue a buscar agua. En cuanto el pequeño oyó salir a la vieja, le gritó a sus hermanos:
- ¡ Despertad! ¡ Esta es la casa de la bruja!
Los hermanos abrieron los ojos, sobresaltados. Pero antes de salir corriendo, el pequeño dijo:
- La bruja ha dejado unos objetos mágicos en la cocina. ¡Voy a buscarlos!
La vieja seguía en el pozo intentando llenar el colador. Cuando vio a los muchachos escapando a la luz de la luna, echó a correr tras ellos, haciendo rechinar los dientes. La bruja se acercaba cada vez más a los hermanos. Entonces el pequeño dijo:
- ¡Le tiraré el jabón! ¡Ojalá lo pise y se caiga despatarrada!
El jabón fue a caer justo delante de la bruja… y se convirtió en una montaña de espuma. A la bruja le escocían los ojos; y, escupiendo burbujas, gritó:
- ¡Veréis cuando os pille…!
La bruja volvía a acercarse rápidamente. Entonces el pequeño lanzó el peine:
- ¡Ojalá se le clave en la cabeza!
El peine se clavó en el suelo… y se convirtió en una tupida hilera de árboles. La bruja se abrió camino serrando los árboles con sus dientes de hierro, y gritando:
- ¡Veréis cuando os pille…!
Cuando ya la bruja estaba a punto de alcanzarlos, el pequeño lanzó lo que le quedaba: el cuchillo.
- ¡Ojalá le corte un pie!- dijo.
El cuchillo fue a caer justo delante de la bruja…y abrió una grieta larga y profunda, imposible de saltar. Los niños no pararon de correr hasta que salieron del bosque. Y la bruja, con la cabeza gacha y arrastrando los pies, se fue a casa, y allí se quedó para siempre.

(Tina Meroto)

jueves, 11 de febrero de 2010

¿De qué color son los besos?



Todos los días cuando se acerca la noche, después de un largo día de trabajo, estudios, el estrés del día a día… estamos deseando llegar a nuestra casa, sentir su calor, disfrutar de una buena cena, una película, un libro… y sobre todo de buena compañía, de alguien con quien compartir nuestro día y que al fin nos de un beso de buenas noches y que nos indique que todo ha terminado. Pero… creéis que todos los besos son iguales? Los besos pueden ser de diferentes formas y colores según el significado que cada uno quiera darles.
Hay besos de color rojo, son aquellos pequeños, ruidosos, divertidos, bromistas, alegres… los que saben a cereza.
También hay besos de color naranja, son aquellos llenos de jugo, de vitaminas, de fuerza, son los que te dan por la mañana para despertarte y darte fuerzas para comenzar bien el nuevo día.
Otros son de color amarillo, son besos intensos, calurosos, nos los dan cuando alguien agradece nuestro cariño y compañía, van acompañados de caricias, gestos, abrazos…
Los de color verde, son los que hacen cosquillas en las mejillas, en las orejas, en el cuello, les encanta la vida y ver crecer a las personas queridas.
Los de color azul suave, son besos largos, tranquilos, suaves… demuestran el amor eterno, sin límites.
También están los de color lila oscuro, son aquellos besos que nos consuelan y alivian cuando estamos tristes, confundidos, dudosos… los que nos sirven de apoyo, de bastón.
Todos estos besos de colores forman el arco-iris, y cuando todos los besos se unen en un fuerte abrazo, surgen los besos blancos, como el algodón, como la nieve. Son besos de tranquilidad, de paz, de silencio… besos que invitan a descansar y coger fuerzas para el nuevo día.
Ahora, empezad a repartir besos!!!